Paris 1924. La revancha de Coubertin (2ª parte)
En cada edición de los Juegos Olímpicos hay una estrella. Un deportista que es la excelencia dentro de la excelencia. En ocasiones ese elegido entre los elegidos no es uno solo. Pueden ser dos o hasta tres. Un rey o una reina sobre el tartán, otr@ surcando las aguas y un tercero entre anillas, potros y colchonetas. Lo curioso de Paris no es que hubiese uno ni dos ni tres. […]