Los líos de faldas de Sven (1ª parte)
Sven se despertó. Mareado. Espantosamente mareado. Hubo de pedir ayuda. Hubo que llevarlo al hospital. El diagnóstico fue terrorífico. Si el médico que te atiende empieza a llorar sólo cabe esperar que el mundo se te abra bajo tus pies. Sven acababa de sufrir cinco infartos cerebrales. No uno. Ni dos. Ni tres. Ni tan siquiera cuatro. Eran cinco los infartos cerebrales. Cinco. Una masa cancerígena habitaba en su cerebro. […]