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“Creo que tienes que aprender algunas cosas sobre las carreras”

En 1996, Álex Crivillé dio el paso adelante que durante años se le había estado exigiendo y se marcó como objetivo ser campeón del mundo de motociclismo en 500 cc. La tarea no era nada sencilla. El número 1 en el carenado lo llevaba Mick Doohan, en aquel momento dos veces campeón del mundo, a medio camino de los cinco entorchados que lograría antes de retirarse a finales de 1999.

Después de la gira asiática en las tres primeras carreras de la temporada, (con 1 victoria para Doohan y ninguna para Crivi), el Mundial llegó al Circuito de Jerez. Cuando faltaba una vuelta para el final, desde megafonía se anuncia que la carrera ya ha terminado y el público invade la pista. Crivillé, que iba primero, se ve obligado a frenar, comete un error en una curva, pisa un piano y Doohan le hace un arriesgadísimo interior en la entrada a meta que hace que el catalán se vaya al suelo y el australiano gane el GP. Posteriormente, Crivillé pidió a HRC que impugnara el resultado por lo acontecido en la última vuelta, sin embargo, Doohan era el número 1 del equipo, y a la firma japonesa no le interesaba presentar esa reclamación.

Enemigos ya declarados, tres carreras más adelante volverían a protagonizar un duelo épico. Doohan había sumado 50 nuevos puntos, por lo que a Crivi sólo le valía la victoria en el GP de Assen. Nuevamente el ‘4’ va en cabeza y el ‘1’ consigue adelantarle en la última vuelta. Sin embargo, Crivillé le devuelve la jugada, pero se pasa de frenada. Muy abierto, ve como Doohan nuevamente le supera y se lleva la quinta victoria de la temporada.

Tras conseguir el primer triunfo del año en Austria, Crivillé llega crecido al GP de Brno. Se han girado las tornas. Es Doohan quien marcha primero en la última vuelta y Álex el que rueda tras su estela. Crivillé se sale del rebufo y le tira un interior a Mick, pero el australiano se lo devuelve. Queda la última curva. Crivillé intenta el adelantamiento y no lo consigué. Aún así, sale muy pegado a la moto de Doohan y consigue la victoria por escasas milésimas.

GP de Catalunya. Última oportunidad para Crivi ante un Doohan que tiene el título a tiro. El duelo es por la segunda plaza. La victoria será para Carlos Checa. Otra vez el catalán va por detrás, otra vez hace un interior, y otra vez se pasa de frenada y vuelve a la segunda posición. Doohan mantiene el tipo en la última curva y con ese segundo puesto se proclama matemáticamente campeón.

Los fríos números no demuestan lo competitiva que fue la temporada. Doohan se proclamó campeón con 309 puntos y 8 victorias, mientras que Crivillé consiguió su primer subcampeonato con 245 puntos y tan sólo 2 triunfos. Nunca más volvería a estar tan cerca del australiano. El piloto catalán se proclamaría campeón en 1999, pero ya sin Doohan como rival. No fue lo mismo.

Quedaba la última prueba de la temporada. GP de Phillip Island. ¿Sólo? el orgullo en juego. Se repite lo mismo que había sucedido en las anteriores carreras. Doohan primero y Crivillé segundo. Última vuelta. En una curva de izquierdas, Álex se lanza al ataque por el exterior y se toca con Mick. No sucede nada. Siguen. Habrá un nuevo intento en la chicane. Crivillé enseña la rueda y se la juega con un interior, pero Doohan se cierra. Chocan. Al suelo. Los dos. Cadalora es el ganador.

El diálogo que tienen los dos en el box de HRC al terminar la carrera no tiene desperdicio.

Crivillé: “Yo iba por la derecha”.

Doohan: “No es verdad. Yo iba por el interior. Tú sabes como es el reglamento”.

Crivillé. “Yo iba delante”.

Doohan: “Mentira, no ibas delante, simplemente te cerré, creo que tienes que aprender algunas cosas sobre las carreras”.

Crivillé: “Ya sé que no te gusta ser segundo, pero…”


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