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Cuando el Madrid se enfrentó al Madrid

Era el 4 de junio de 1980. Final de la Copa del Rey. Estadio Santiago Bernabéu. García Remón; Sabido, Goyo Benito, Pirri, Camacho; Del Bosque, Ángel, Stielike; Juanito, Santillana y Cunningham. En la otra mitad del campo formaban Agustín; Juanito Felipe, Castañeda, Kike Herrero, Casimiro; Ricardo Álvarez, Gallego, Bernal; Pineda, Paco Machín y Cidón. Un total de 22 futbolistas sobre el césped. El partido sería excluido de las casas de apuestas dado lo previsible del resultado.

Todos los allí presentes pertenecían al Real Madrid.

Por entonces en la Copa del Rey participaban todos los clubes de Primera y Segunda División (40 escuadras), Segunda División B (40 conjuntos) y Tercera División (160 equipos). Todos son todos. Sin filtros. Y es que por entonces los filiales podían competir en la Copa del Rey. Uno de esos filiales era el Castilla Club de Fútbol, entonces miembro de la Segunda División.

Existían una serie de clubes del fútbol modesto madrileño que ejercían como lugar de fogueo para futuras promesas blancas. El más destacado de todos ellos era la Agrupación Deportiva Plus Ultra que había sido fundada antes de la Guerra Civil por empleados de la compañía de seguros del mismo nombre. Será en 1946 cuando se fusione con otro club de la zona para firmar un acuerdo de exclusividad al año siguiente con el Real Madrid y convertirse en su filial de forma exclusiva.

El Plus Ultra juega en Chamartín y en 1960 incluso llega a coquetear con ascender a Primera. Ya antes el CD Condal había logrado tal hazaña funcionando como filial del FC Barcelona, por lo que urge cambiar la normativa para no levantar suspicacias. En la teoría estos equipos son independientes, aunque la realidad es radicalmente distinta. Así pues, una orden federativa obliga a que estos clubes pasen a ser legalmente dependientes de su club matriz. En 1972 el Plus Ultra desaparece y su lugar lo ocupa el Castilla Club de Fútbol (desde 2005 Real Madrid Castilla Club de Fútbol). También se cambia su indumentaria. Hasta entonces el Plus Ultra viste con camiseta azul y pantalón blanco. El Castilla pasará a lucir los colores del Real Madrid.

De Plus Ultra a Real Madrid B

En 1978 el Castilla asciende a Segunda División, donde se mantiene en la siguiente campaña que es la que nos ocupa. En primera ronda elimina al Extremadura de Tercera División por un global de 10-2 y en segunda ronda al AD Alcorcón, también de Tercera, por un total de 5-1. En 1/32 de final el rival es el Racing de Santander. En este caso es un equipo de Segunda, misma categoría que el Castilla. No obstante, se vuelve a lograr el pase por un 3-1 en el acumulado. La historia tendría que haber finalizado en 1/16 donde el rival era el Hércules, conjunto de Primera División. Y el tema es que en Alicante la victoria es local por 4-1. Toca vuelta en la antigua ciudad deportiva del Real Madrid en donde el Castilla logra la campanada y consigue un 4-0.

La sorpresa no tiene gran repercusión hasta que llegan los octavos de final. Athletic Club de Bilbao. Un miura. Se vence en San Mamés por 1-2 y en la vuelta se defiende con uñas y dientes el 0-0 en Madrid. Lo sorprendente se vuelve cotidiano y la noticia aparece en las primeras páginas de los periódicos. Pero hay más. En cuartos toca la Real Sociedad. Palabras mayores. Un equipazo que ese año sólo perderá un partido en Liga. Arconada, Satústregui, Zamora y compañía. Se pierde por 2-1 en Atocha y nuevamente se vuelve a levantar una eliminatoria por 2-0 en casa. En semifinales el partido es ante el Sporting de Gijón de Quini, actual subcampeón de Liga y que está ante una inmejorable oportunidad de lograr su primer título. En El Molinón ganan los asturianos por 2-0 y en la vuelta, ya con el Bernabéu engalanado (con entradas gratis para los socios) para disfrutar de los niños, el Castilla da la vuelta a la eliminatoria y vence por 4-1.

Lo nunca visto.

El filial del Real Madrid jugará la final de la Copa del Rey tras echar a Hércules, Athletic, Real Sociedad y Sporting de Gijón; estos dos últimos rivales más complicados que el FC Barcelona a la altura de 1980.

Cada ronda de Copa del Rey fue un espectáculo, mucho más que la final, en las que esos críos se cepillaron a la flor y nata del fútbol español. Y los mayores mientras sufriendo. Eliminaron al Betis en cuartos por el bigotillo de un grillo y hubo que decidir con una tanda de penaltis para clasificarse ante el Atlético de Madrid en semifinales.

¿Y si el Real Madrid pierde ante el Castilla la final?

En la final el Real Madrid se quedó con el blanco y el Castilla vistió de morado, haciendo honor a la franja del escudo originada en los tiempos de la España republicana. Todos se conocían. Era habitual que los canteranos entrenasen con el primer equipo. Ocurre que la semana antes de la final se tornó en imposible. Los veteranos comandados por Pirri, quien se despedía del Madrid tras catorce temporadas, no querían pasar a la historia por culpa de una derrota que se tornaría en humillante. El día anterior Juanito y Santillana hicieron una conjura con los compañeros y cerraron la arenga con un “sin piedad”. El día del partido, cuando los futbolistas esperaban juntos en el túnel antes de saltar al césped, Camacho, con personalidad, pero entonces aun un chaval, declinó saludar a los miembros del Castilla.

A aquellos chavales todo eso los rebasó. Tuvieron que llevarlos la semana anterior a una concentración en Navacerrada donde hubo de todo menos facilidades. Había un silencio velado en todos los estamentos del club con el objetivo de hacerles el vacío, dado que, quien más y quién menos, temblaba a la hora de pensar en la posibilidad de un triunfo del Castilla en la final de la Copa del Rey.

Con todo fue el Castilla el que llevó la iniciativa durante los primeros minutos. Un disparo de Pineda al poco de comenzar dio con el balón en el larguero. El público lamentó la mala fortuna, mientras que en el palco se respiraba de alivio. A los veinte minutos Juanito adelantaba a los mayores. Y a partir de ahí no hubo mucho más que contar. 6-1 fue el resultado final. La segunda parte fue una fiesta merengue, aunque dio la sensación de que para los que estaban en el campo en ningún momento eso fue del todo divertido. Tras el 4-0 de Del Bosque en el minuto 70 se envainaron espadas y dejó de correrse, hasta que el Castilla anotó el de la honra poco después. Fue Juanito el que amonestó a sus compañeros por bajar los brazos y exigió volver a subir revoluciones para poner las cosas nuevamente en su sitio.

Veteranos y noveles. Final 1980

El subcampeón de Copa tuvo un premio extra. Dado que el Real Madrid jugaría la siguiente temporada la Copa de Europa como vigente triunfador liguero, el Castilla fue inscrito en la Recopa, la entonces competición auspiciada por la UEFA para los vigentes vencedores en la copa de su respectivo país. En este caso no existió epopeya castellana. En primera ronda tocó el West Ham inglés. Se venció en el Bernabéu por 3-1, pero se caería dignamente en White Hart Lane por 5-1 tras la disputa de una prórroga. Fue la primera y última vez que un club filial disputaba una competición europea.

También fue la última vez que un filial jugó una final de Copa del Rey. La RFEF modificó su reglamento para vetar la presencia de equipos filiales siempre que sus matrices disputen dicho torneo. Nunca podrán compartir categoría ni torneo clubes que de facto son padre e hijo.

En 1984 el Castilla se proclamó campeón de Segunda División, suceso nunca antes ni después logrado por un filial. Evidentemente se le prohibió el ascenso a Primera. Lo curioso del caso es que se suele entender este éxito como una continuación del equipo finalista de 1980 y nada más lejos de la realidad. En el Castilla victorioso de 1984 figuraban Butragueño, Michel, Pardeza, Martín Vázquez o Sanchís, futbolistas todos de reconocido prestigio y algunos de ellos historia viva del Real Madrid. De los finalistas de Copa del Rey de 1980 tan sólo Ricardo Gallego tuvo una fructífera y reconocida carrera en el primer equipo del Real Madrid.

Curioso.

Agustín (1): Tras la final ascendió al primer equipo donde militó diez temporadas alternando titularidades con suplencias. Fue Trofeo Zamora en 1982, pero la llegada de Paco Buyo fue eclipsando su carrera. Se retiró en 1994 en las filas del UD Tenerife. Formó parte de la plantilla victoriosa en cinco Ligas consecutivas y dos Copas de la UEFA.

Juanito Felipe (2): Lateral derecho. Aunque llegó a debutar en el primer equipo, hubo de marcharse al Real Oviedo en busca de minutos. Se retiró en el Rayo Vallecano con apenas 29 años.

Casimiro (3): Este lateral izquierdo sigue siendo el futbolista que más partidos ha jugado en la historia del Castilla. Se retiró con 32 años tras unas no demasiado fructíferas experiencias en el Elche CF, el Celta o la UD Logroñés.

Castañeda (4). Capitán. Tras la final decidió aceptar una oferta del Osasuna en donde se convirtió en una institución. Fueron once temporadas en Pamplona logrando una histórica participación para disputar la Copa de la UEFA en 1986. A día de hoy es el segundo futbolista rojillo con más partidos en Primera División (349).

Kike Herrero (5). El otro central del equipo debutó en Primera defendiendo los colores de la UD Salamanca, categoría que también defendió brevemente con el Real Murcia. Tras alternar con varios equipos continuó ligado al fútbol como directivo en la UD Mirandés, donde previamente había colgado las botas.

Ricardo Gallego (6). El metrónomo del Castilla fue el único de la plantilla que hizo una larga y fructífera carrera en el primer equipo. Al verano siguiente ya formaba parte del Real Madrid donde sería titular hasta su marcha en 1989, primero como mediocentro y más tarde reciclado como defensa central. Fueron cuatro títulos de Liga y dos Copas de la UEFA. También fue 42 veces internacional disputando el Mundial de 1982 y el de 1986. Jugó también en el Udinese y se retiró en el Rayo Vallecano. Actualmente es colaborador en Real Madrid Televisión y es socio de la empresa que gestiona los palcos VIP del Bernabéu.

Ricardo Álvarez (7). El autor del tanto del Castilla en la final llegó a disputar 29 partidos en Primera defendiendo los colores del Hércules y del Racing de Santander. A partir de ahí la decadencia fue total hasta acabar sus días como futbolista en el Real Ávila.

Pineda (8). Paco Pineda fue junto a Gallego y Agustín uno de los tres integrantes del Castilla que subieron al Real Madrid ese mismo verano. Fueron cinco temporadas como hombre de ataque de las segundas partes, un revulsivo que no llegó a consolidarse. De ahí se marchó al Real Zaragoza para luego retirarse en la UD Málaga con 30 años. Actualmente coordina varias escuelas de fútbol base en la Costa del Sol. En una de ellas surgió el luego futuro campeón de Europa del Real Madrid Isco Alarcón.

Paco Machín (9): Tras Roberto Soldado, es el segundo máximo goleador de la historia del Castilla. Sin embargo, este delantero balear no tuvo suerte en su salto al profesionalismo. Su mejor temporada fue en el Elche en 1986. Fueron 17 goles en Segunda. A los 30 años colgó las botas en Segunda B.

Miguel Bernal (10). El segundo futbolista con más partidos en la historia del Castilla era un mediapunta que jugó cinco temporadas en Primera divididas entre el Racing de Santander y el RCD Mallorca. Se retiró al pasar la treintena en la UD Salamanca.

Cidón (11). Delantero escurridizo, de apenas 1’65 de altura, Valentín Cidón es otro de esos futbolistas que fue fichado por el Racing de Santander procedente del Castilla. Llegó a meter ocho goles en su primera temporada, pero a partir de entonces su carrera fue cuesta abajo. Jugaría en el Atlético Marbella o en el Linares CF de Segunda B.

Sánchez Lorenzo (14). Entró en el descanso de la final. Centrocampista que alternó Primera y Segunda División con el Elche CF y la UD Logroñés.

Balín (15). Disputó los últimos quince minutos de la final. Jugó 20 partidos en Primera entre Osasuna y UD Salamanca hasta que dejó el fútbol con apenas 28 años.

Otras historias del Madrid ochentero

El cromo de Bustingorri (cuando Bustingorri fichó por el Real Madrid, ¿o no?)

La final de los García (aquella final de Copa de Europa perdida en 1981)

El miedo escénico (90 minuti en el Bernabéu son molto longos)


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