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La tardía juventud de Tony Book

Anthony ‘Tony’ Book nació en Bath, una preciosa ciudad inglesa de origen romano, en 1934. A los cuatro años dejó aquella localidad para moverse a otro lugar idílico como era la India gobernada por el Imperio Británico. Allí pasó su infancia mientras su padre combatía a los japoneses en la jungla de Birmania. Fue en tierras asiáticas donde comenzó a jugar al fútbol con balones hechos a base de retales y cosidos con cuerdas. Entre patada y patada aprendía a matar serpientes con tirachinas y a bosquejar un poco de birmano, hasta que, con 11 años, regresó con sus padres a Bath para seguir con sus estudios.

Fueron breves, los estudios, porque Tony Book no iba a ser disciplinado como su padre. Dejó la escuela y a los 16 años empezó a trabajar primero como minero y más tarde como albañil, a la vez que repartía patadas como defensa del equipo de fútbol de su ciudad. Bath puede ser Patrimonio de la Humanidad, pero en fútbol es un despojo humanitario. El Bath FC es un equipo amateur que suele deambular en categorías regionales. Allí estuvo Book durante una década con una aventura extravagante de unos meses en Canadá a donde fue a probar fortuna y encontrar un trabajo mejor y de paso fue elegido como mejor jugador de la modestísima liga canadiense de fútbol.

A su regreso a Inglaterra, con 30 años de edad, Tony Book firmó su primer contrato profesional con el Plymouth FC. Ojo. Que nadie piense que era la élite. Era la tercera categoría del fútbol inglés. Por vez primera Book iba a cobrar por jugar al fútbol, pero era una cantidad ínfima. De lunes a viernes Book seguía acumulando ladrillos y argamasa mientras se subía al andamio.

La suerte para Book es que el entrenador del Plymouth FC era Malcolm Allison, que un par de temporadas más tarde fue contratado por el Manchester City como nuevo técnico. El City, que no era ni la sombra de lo que es hoy, acababa de ascender a la Premier pero buscaba un nuevo entrenador y una revolución en su plantilla para afrontar el ascenso. Así pues Allison llegó al conjunto de Manchester y solicitó la incorporación de Book, por entonces con 32 años y sin ninguna experiencia en la élite del fútbol inglés. Para ello técnico y jugador tuvieron que urdir una treta; falsificar la partida de nacimiento de Book y restarle un par de años para que el City accediese a firmarle un contrato de larga duración.

Aun así, la directiva del City se negó a financiar el fichaje y Allison tuvo que poner su cargo a disposición del club si la contratación no se hacía efectiva. Finalmente en la temporada 1966/67 Tony Book debutaba en la Premier con 32 años y dejaba la paleta para siempre.

Al año siguiente, soplando las 33 velas, ya era el capitán del equipo.

El Manchester City ganó la Premier. La segunda en toda su historia. Book jugó como titular todos los partidos.

Para celebrarlo la directiva del City acordó una gira por Estados Unidos para el verano de 1968. Por entonces se creía que el fútbol en Estados Unidos era el nuevo Santo Grial y se estaban sentando las bases para crear una liga profesional. Tras un encuentro amistoso, los jugadores contaban con un día libre y Book se propuso explorar los encantos de Nueva York. Cogió un taxi y en mitad del trayecto oyó por la radio la noticia del asesinato de Bobby Kennedy, hermano del ex presidente y entonces candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Al parecer el taxista, alarmado por la noticia, sufrió una conmoción y perdió el control del taxi que saltó de la carretera para empotrarse contra un camión de refilón y, tras el golpe, convertir en chatarra un semáforo.

Book salió ileso. Hacía tiempo que su ‘baraka’ había cambiado.

En la siguiente campaña, en la pretemporada 1968/69, Tony Book se fracturó el talón de Aquiles y el equipo naufragó estrepitosamente. Volvió para jugar los últimos cuatro meses de campeonato y ayudar a su equipo a ganar la FA Cup en el estadio de Wembley.

Fue nombrado jugador de la temporada. Y nunca fue internacional. Demasiado viejo, le decían.

George Best, el ‘bon vivant’ que acababa de ganar el Balón de Oro y la Copa de Europa con el Manchester United, definió a Book como el mejor defensa contra el que jamás se había enfrentado. Tony Book contaba entonces con 35 primaveras. Hacía escasamente un lustro seguía subido a un andamio.

La temporada siguiente el Manchester City disputó la extinta Recopa, una competición europea en la que participaban los equipos que habían ganado los torneos coperos en su país la temporada anterior. Para llevarse el título tuvieron que eliminar al Athletic o al Schalke 04 antes de superar al Gornik Zabrze en una de las finales europeas más descafeinadas de siempre. El City se convirtió en el primer equipo inglés en ganar un trofeo europeo y nacional (la Copa de la Liga) en la misma temporada. Book alzó ambos trofeos como capitán del equipo.

Book se retiró en 1974 a los 40 años de edad. Exprimió al máximo una carrera que había comenzado a los 32 años. Nada más retirarse se le ofreció el cargo de director deportivo del club. Apenas estuvo un puñado de temporadas en el cargo antes de dejarlo por aburrimiento. Nunca le gustaron ni los trajes ni los despachos. Aun así le dio tiempo a contratar a Kazimierz Deyna, extremo polaco de relumbrón y figura hollywoodiense en ‘Evasión o vitoria’.

Por entonces acometer la tarea de fichar a un futbolista de un país comunista era una ardua faena. Para empezar, el jugador de turno tenía que haber cumplido la treintena. Una vez que sus mejores años habían pasado, los gobiernos comunistas podían permitir aventuras al extranjero si los méritos a la patria del futbolista eran adecuados. Deyna, campeón olímpico y máximo goleador en Múnich 1972, y uno de los artífices de la fenomenal actuación de Polonia en el Mundial de 1974 donde alcanzaron las semifinales, cumplía a la perfección con estos requisitos. El otro inconveniente residía en que todos los futbolistas del Este eran miembros del ejército. Eran falsos amateurs y al no poderles darles un sueldo se les asignaba un cargo militar con el que accedían a diversos beneficios materiales.

Book hubo de negociar no sólo con el Legia Varsovia, el equipo de Deyna, sino con la cúpula del ejército polaco. Una vez se acordó el montante económico los polacos exigieron un moderno equipamiento tecnológico del que no disponían…fotocopiadoras… Por suerte Book seguía teniendo la ‘baraka’ de su lado. Apenas un par de años antes se había instalado en Manchester una filial de la empresa japonesa ‘Brother’. La multinacional que hoy produce impresoras o máquinas de realidad virtual, había nacido creando máquinas de coser y por aquel entonces lideraba el mercado de las primitivas fotocopiadoras. Book usó su don de gentes para cerrar el trato y logró el traspaso de Deyna a cambio de un importante suministro de material de oficina. Y no sólo eso. Fruto de aquel acuerdo ‘Brother’ se convirtió en el patrocinador principal de la camiseta del City durante más de una década cuando la FA permitió el establecimiento de la publicidad en la indumentaria deportiva.

Tras la marcha de Book de los despachos, el City se hundió y deambuló lejos de la Premier hasta que los millones del petróleo lo han convertido en el equipo de moda. Hoy aquel albañil nacido en Bath es un verdadero caballero inglés que camino de los 90 años sigue asistiendo a todos los encuentros de su equipo –coronavirus mediante- desde su asiento como presidente de honor del Manchester City.

Exclusive interview: Manchester City's 1969 FA Cup winner Tony ...
Book y su legendario 1969

Tony Book sigue disfrutando de su tardía juventud.


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