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Templos del fútbol (2ªparte. Estadios de la antigüedad)

Si recuerdan del artículo anterior vamos a tratar primeramente los 7 grandes templos futbolísticos de la antigüedad, o lo que es lo mismo, aquellos campos de fútbol de los que únicamente nos quedan evocaciones de recuerdos y momentos de magia en la retina. Quedan fuera de esta lista, coqueta pero a la fuerza demasiada corta, grandes estadios como los argentinos Doble Visera o Viejo Gasómetro, escenario de las gestas de Indepediente y de San Lorenzo de Almagro. Tampoco estarán en esta clasificación el antiguo Das Antas portugués, el Parc Lescure de Burdeos, el Vicente Calderón o el barcelonés Sarriá, donde tuvo lugar uno de los partidos más bellos de la historia de los mundiales entre Brasil y la Italia de un revivido Paolo Rossi. Y también se cae de este inventario el estadio De Meer de Amsterdam que para siempre estará ligado al Ajax y sobre todo a Johan Cruyff, el cual se crió a escasas calles de un campo al que luego se encargó de mitificar.

7. DELLE ALPI (Turín. 1990-2009): Situado sobre una pequeña colina se caracterizaba por estar sostenido sobre unas estacas de acero que sustentaban las cubiertas. Muy característicos también eran los dos arcos con forma de V inversa dispuestos en ambos fondos del campo. La cubierta estaba construida con elementos de aluminio y teflón muy innovadores para 1990, año en el que fue inaugurado un estadio a compartir entre la Juventus (el equipo de Italia) y el Torino (el equipo de Turín). En el encuentro inaugural, una selección de jugadores de ambos conjuntos se enfrentó al Porto. Algo insólito y lejos de la normalidad en la realidad de dos conjuntos irreconciliables. Con 70.000 espectadores de capacidad, el estadio Delle Alpi fue volado en 2009 y desde entonces la Juve juega en su nuevo y acogedor estadio sin pista de atletismo, mientras que el Torino juega en la reformada cancha municipal. El derbi de la Molle Antonelliana, el más antiguo de la Serie A, ya nunca más compartirá ubicación.

6. WHITE HART LANE (Londres. 1899-2017) Tottenham es un barrio al nordeste de Londres que da nombre al que es, junto al Arsenal, el gran club de la capital inglesa. Realmente ni siquiera es Londres, sino Haringey, una de tantas villas que las megaciudades se han ocupado de absorber. El estadio toma nombre de la tienda deportiva que se ubicaba cerca del recinto. Antes de la obligatoriedad de hacer sentadas todas las localidades, unas 70.000 personas se agolpaban en White Hart Lane. Lo más hermoso de aquel estadio es que hasta 1972 no se permitió la instalación de ningún tipo de valla publicitaria. En 1990 se culminó la grada de Park Lane que redujo definitivamente la capacidad a 37.000 espectadores. Demasiado pequeño para las exigencias actuales, se demolió este verano para construir un nuevo coliseo. La memoria de Jimmy Greaves, Glenn Hoddle, Osvaldo Ardiles o Teddy Sheringham quedó dañada para siempre.

5. COLOMBES (Paris. 1924-2006) Aquí me he permitido una pequeña licencia. El estadio Yves de Manoir sigue hoy en pie aunque desde 2006 es una minúscula instalación para 10.000 espectadores dedicada al rugby totalmente alejada de su glorioso pasado. El Olímpico de Colombes (barrio del extrarradio parisino y hoy rebautizado en honor al ex seleccionador de rugby francés) podía acoger a 60.000 almas en un estadio con una cubierta plana de hierro entre las dos gradas principales. En la pista de atletismo de esta arena tuvo lugar el duelo entre Harold Abrahams y Eric Lidell en los Juegos de 1924 inmortalizado en la película ‘Carros de Fuego’. También se disputó aquí la final del Mundial de 1938 y uno de los encuentros amistosos más recordados de todos los tiempos entre el Benfica de Eusebio y el Santos de Pelé. Y como no, en el estadio de Colombes se rodó la que quizás es la mejor película sobre fútbol de la historia, ‘Evasión o victoria’ de John Houston.

4. SAN MAMÉS (1913-2013): A orillas del río Nervión había una ermita dedicada a San Mamés. Ese fue el lugar elegido por el Athletic para levantar su estadio en 1913 y dado que el santo que da nombre a la capilla fue arrojado a las fieras por su fe cristiana, al conjunto bilbaíno se le conoce desde entonces como ‘Los leones’. El legendario Pichichi marcó el primer gol en ‘La Catedral’, un apodo que si bien en sus inicios tenía marcado carácter religioso con el tiempo adquiriría fenómeno de importancia ante el buen juego y los éxitos de conjunto vasco. El estadio formaba un conjunto coqueto de apenas 10.000 espectadores pero que fue ampliándose década a década hasta llegar a las 47.000 almas. En 1952 se construyó el famoso arco (semejante al del actual Wembley) que coronaba la tribuna central y que permitía la ausencia de columnas y por lo tanto una perfecta visibilidad. Diez años más tarde se cerró la última tribuna conocida popularmente con el nombre de Garay, defensa del Athletic que fue vendido al FC Barcelona y que proporcionó los dividendos necesarios para acometer dicha reforma. Lamentablemente en 2013 el Athletic decidió seguir la nueva moda de los estadios de reciente factura y construyó un nuevo San Mamés en unos terrenos adyacentes al antiguo. Otra de esas decisiones inexplicables, y mucho más en un conjunto pegado a las tradiciones y arraigado a la simbología vasca. El nuevo San Mamés es más grande, más moderno y más hermoso, pero no tiene encanto añejo. Por lo menos se decidió trasladar pieza por pieza el famoso arco e injertarlo al campo de entrenamiento de Lezama. Quizás los jóvenes cachorros del Athletic B cada vez que salten al campo adquieran el perfume futbolístico de Gorostiza, Gaínza, Zarra o Sarabia.

3. DA LUZ (Lisboa. 1954-2004): Un caso semejante al de San Mamés. Una auténtica aberración. Para la Eurocopa de 2004 el Gobierno portugués acometió una destrucción y modernización de sus estadios. Aparte del enorme coste económico, se pasó por encima de la historia. El nuevo Da Luz vino a sustituir al viejo Da Luz, cuando con un lavado de cara era más que suficiente. El viejo Da Luz (a apenas 300 metros del nuevo) tenía además algo de solidario. Fue sufragado con donaciones populares de los aficionados ante la imposibilidad del club de construirlo. Tenía una única grada elíptica capaz de acoger a 50.000 espectadores, aunque 10 años después se inauguró un segundo anillo que amplió su capacidad a los 80.000 y 15 años más tarde se abrió el tercer anillo que daba una capacidad récord mundial en aquel entonces de 120.000, reducida posteriormente al convertir las localidades de a pie en asientos. Aquella locura fue promovida por Eusebio, cuyo juego y cuyos éxitos llevaron al Benfica a la gloria mundial en la década de 1960. Su estatua adorna hoy la entrada en el nuevo Da Luz lisboeta.

2. RASUNDA (Solna. 1937-2013): Casi 50.000 espectadores vieron en este estadio en el verano de 1958 la eclosión de un joven brasileño de 17 años que respondía al nombre de Pelé. Situado en Solna, lugar donde descansan los restos de Alfred Nobel, Rasunda fue durante ocho décadas la casa de los encuentros de la selección sueca. Lo más característico eran los sectores que hay detrás de los fondos que, a diferencia de los de los lados, tienen dos niveles de gradas más altas que las tribunas principales. Llamativas también eran sus tribunas de colores y los sostenes metálicos que sujetaban las cubiertas que impedían una completa visión del terreno de juego. En 2013 la Federación Sueca ordenó demoler el estadio ante la construcción del Friends Arena, el nuevo recinto nacional sueco a las afueras de Estocolmo. Un dato más para la nostalgia; Rasunda fue el primer estadio en albergar la final del Mundial masculino y femenino.

1. HIGHBURY (Londres. 1913-2006): El estadio Arsenal, más conocido como Highbury por el nombre del barrio residencial londinense donde su ubica, siempre será recordado por su imponente entrada de estilo Art Decó adornada por el escudo del club y un cañón, dado que el Arsenal es conocido como los ‘gunners’ (cañoneros) al haber sido fundado en 1886 por trabajadores del arsenal de Woolwich. El estadio fue diseñado por Archibald Leitch, el arquitecto por excelencia del fútbol británico con casi 40 proyectos a sus espaldas. Su tribuna este estaba compuesta por una insólita cubierta de nueve arcos. En la década de 1930 se edificó la tribuna oeste con dos niveles superpuestos que se convirtieron en referencia para los restantes estadios europeos (por ejemplo la del Rasunda). Ya a finales del siglo XX, el coliseo se renovó con la adecuación de las plazas de a pie en sentadas descendiendo de 70 a 40.000 espectadores de capacidad. El estadio de Highbury era un exponente claro de la tradición inglesa que permitía al público el contacto directo con el campo y cuyos cimientos estaban enfrascados en medio de calles estrechas y de casas de estilo victoriano. A pesar de que tenía el status de bien arquitectónico (incluido su famoso marcador) fue derribado en 2006 para que el club se trasladase a unas nuevas instalaciones financiadas por dinero árabe en Ashburton Grove.


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