Desglosando al mejor de la historia (3ª parte y final)
Como recordarán, habíamos analizado tres axiomas del valor del futbolista, todos ellos cuantitativos. Para acabar, nos centraremos en los tres siguientes, los cualitativos: entendimiento del juego, importancia en la evolución del juego e importancia para su club/país. Son estos parámetros los más difíciles de medir, porque tienen un componente claramente subjetivo. Pero también son aquellos que le dan valor a la importancia histórica del futbolista.
Entendimiento del juego
Entendimiento se puede interpretar como aquella cualidad del futbolista para maximizar sus carencias físicas, tanto por cuestiones naturales como evolutivas. Seguramente Di Stéfano sea el primer jugador total de la historia, de los iniciados que evolucionaron de la posición de delantero centro a la de organizador o, incluso, en determinadas ocasiones como líbero. Tanto por condiciones físicas como por inteligencia era capaz de actuar en distintos lugares del terreno de juego. Grosso modo es la evolución que estamos a observar en Leo Messi, que de jugador rápido, resuelto y vertiginoso ha pasado a moverse como una sombra por el césped y desatascar los partidos a base de colocación y pocos pases, pero todos ellos acertados.
Aun así, pocos futbolistas han interpretado de manera tan resolutiva el fútbol como Johan Cruyff. Capitán y entrenador en el campo, con su sola presencia y las órdenes precisas era quien de mover a sus diez compañeros en el terreno de juego en función de las necesidades del choque. Podía jugar en todas las posiciones, y todas en un mismo partido. Fue el primero que comprendió sobre el césped -y no sólo como teoría- que es el balón y no el jugador el que se tiene que desplazar, porque como bien decía, él no era mediapunta, él era futbolista.
Importancia en la evolución del juego
En este punto el paso del tiempo siempre trae consigo una ventaja. Muchos pueden hacer algo distinto, pero sólo el pionero queda en el recuerdo. Di Stéfano o Cruyff son los precursores del todocampista y del jugador sin posición, y eso siempre contara en favor de ambos. A pesar de la plasticidad y de la grandiosidad de Pelé, no le podemos dar el título honorífico de primer gran goleador, y Maradona o Messi no son los primeros capaces de enganchar el balón al pié y llevarlo a dónde deseen con sólo mirarlo.
Otra vez es Cruyff el impulsor de una concepción de juego novedosa conocida como fútbol total, que acaba con los posicionamientos rígidos de los futbolistas. A Pelé también se le puede observar como el hombre que estimuló las amonestaciones y la limitación del juego duro, al ser víctima sistemática de centrales que no podían pararlo en velocidad.
Importancia para su club/país
A menudo pensamos que grandes clubes lo han sido siempre, y esto está muy lejos de la realidad. El mito de Di Stéfano es la piedra angular del Real Madrid, hasta entonces un equipo más del panorama nacional y enano en el internacional. Fue La Saeta y el mito de la Copa de Europa quien convirtió al equipo madrileño en la joya del respeto futbolístico, a lo que, por cierto, también contribuyó el purísimo blanco de sus camisetas y la corona de su escudo.
También Cruyff derribó fronteras para el Ajax, y especialmente para la selección holandesa, un paria internacional hasta su aparición. Y qué decir de Pelé que llevó a su país a la victoria en tres copas del mundo, en un momento de pesadumbre nacional y derrotismo ante la acumulación de subcampeonatos sudamericanos y mundiales.
Sin embargo, nadie ha influido tanto en un club como Diego Armando Maradona. Como los otros cuatro grandes, jugó en una escuadra a la que ayudó a elevar su nivel hasta un máximo conocido, pero a diferencia de los demás, su paso por el club no significó un cambio de trayectoria en el mismo. Y esto se debe a que a diferencia de los otros magníficos, ni estuvo acompañado de grandes jugadores ni de una estructura de club en expansión.
Maradona arrolló en el Nápoles de finales de los 80 sin la compañía de ninguna figura de talla internacional. Lo hizo en la que por aquel entonces era la mejor liga del mundo. Zico, Van Basten, Rummenigge, Platini o Matthaus competían todos los fines de semana con El Pelusa (en 1988,1989 y 1990 el pódium del Balón de Oro jugaba en el Calcio).
Más extraordinario fue su papel con la selección argentina. Dejando a un lado su veneración como héroe popular, Maradona llevó a su país a un campeonato y a un subcampeonato mundial con un equipo de nivel muy inferior al de posteriores generaciones. Su capacidad era tal, que cualquier equipo de los que se clasificó para octavos de final en 1986 que hubiese contado con Maradona en sus filas habría ganado la Copa del Mundo.
Conclusión
Como comentara en la primera parte de este post, clasificar y escoger entre diferentes tipos de futbolistas y épocas históricas es ciencia ficción. Discutiremos entre Di Stéfano o Kubala, Pelé o Eusebio, Maradona o Platini, Messi o Cristiano, pero saltarse etapas es contraproducente. Aun así, y asignando cinco puntos al primer clasificado en cada apartado y uno al último, podemos realizar la siguiente clasificación:
- Diego Maradona 19 puntos ( 5,2,4,2,1,5)
- Alfredo Di Stéfano 19 puntos (2,3,3,4,3,4)
- Pelé 19 puntos (1,5,5,1,4,3)
- Johan Cruyff 18 puntos (4,1,1,5,5,2)
- Lionel Messi 15 puntos (3,4,2,3,2,1)
Es todo tan igualado que me he permitido desempatar en función de la importancia que le he dado a los distintos axiomas. La decisión, en todo caso, se antoja sumamente complicada.
Un apunte final para concluir. Cuatro de los cinco grandes son sudamericanos, tres de ellos argentinos y cuatro de los cinco jugaron en España – a pesar de no ser la Liga más fuerte en ese momento-. La escuela latina propone un fútbol basado en la técnica, y es a través de ella como se desarrollan los grandes futbolistas, que no son sino, aquellos que con su juego nos permiten experimentar con los límites de la capacidad humana. Por eso, siempre serán recordados.