Historia contrafactual del Balón de Oro
Hace unos días recibía un whatsapp de un buen amigo de confesión madridista. Estaba indignado por mi último artículo referido a los siete balones de oro de Pelé. Según mi colega no podía quitarle un Balón de Oro a Di Stéfano para dárselo a Pelé. En su opinión la Copa de Europa debería estar por encima de todo y Alfredo Di Stéfano tendría que tener cinco balones dorados consecutivos en su haber. Después me señalaba que Pelé nunca había jugado en Europa y que eso le impedía estar valorado a la misma altura que Di Stéfano, Cruyff o Maradona. Y para concluir me decía que como nunca vio jugar a ninguno de los dos lo único que cuenta son los títulos.
Como ya le comenté, y mantengo su anonimato para que no se me irrite, me parece loable la discusión pero los argumentos que me esgrimía no me valían. Cometemos el error, yo el primero, de discutir sobre temas de las que no somos expertos. Si bien en las ciencias puras donde hay afirmación no hay réplica, en las ciencias sociales donde hay afirmación hay opinión y polémica. Así como nadie va a cuestionar la aseveración de un químic@, un físic@, un matemátic@, un biólog@, un médic@, un telec@ o un geólog@, todos vamos a acalorarnos ante un economist@, un psicólog@, un lingüist@, un historiad@r y, por supuesto, un periodist@.
Y la discusión es sana, porque es cierto, si una ciencia no es exacta por propia definición está sujeta a la interpretación. Hay decenas de teorías económicas y, al menos sobre el papel, todas son ciertas. Aun así, y en el caso que nos atañe, hay un axioma común cuando se habla de fútbol en pasado: “Yo nunca lo vi jugar así que no sé si es bueno”. Falso.
La labor del periodista, del periodista deportivo en este caso, es contar, juzgar, verificar y explicar los sucesos que ocurren. Y para ello el receptor no necesita ver el partido. Y ni siquiera viéndolo, sea en vivo o a través de la televisión, tendrá una visión ecuánime, ya que le faltarán perspectivas que no alcanzará a poseer.
Obviamente lo ideal es que cada uno de nosotros leyese, escuchase y viese varias interpretaciones del mismo hecho, porque el periodista tiene un componente subjetivo influenciado por el medio en el que trabaja. Aunque haya un patrón común hay diferentes sesgos. Eso sería lo ideal, pero nadie lo hace. Porque el receptor lo que quiere es leer, escuchar y ver su verdad, por lo que escoge cual es la información que quiere absorber.
Por eso la labor del historiador/periodista deportivo, como sería mi caso, es devanarse los sesos, convertirse en una rata de biblioteca, navegar durante unas cuantas horas a través de la web, desempolvar unos cuantos libros de la estantería y comerse con la vista unas cuantas clasificaciones de revistas y de federaciones internacionales.
Y si uno lo sabe sabrá, por ejemplo, que la Copa de Europa no cogió vuelo hasta unos cuantos años después de empezar. El vuelo se lo dio precisamente el Real Madrid ganando cinco de forma consecutivas, pero su valor era ínfimo comparado con el presente. Si uno tiene un poco de consideración por el pasado sabrá que los encuentros amistosos internacionales eran considerados como pequeñas copas del mundo y era en ellos donde se veía el verdadero nivel de los grandes futbolistas. Y uno también sabrá que la diferencia entre las ligas era mínima y que ser máximo goleador en Hungría era al menos tan importante como serlo en España.
Así pues, si un medio o un periodista de referencia (abstenerse los Roberto Gómez de turno) dice que Pelé fue el mejor jugador del Mundial de 1958, que había horas de cola en la puerta del hotel brasileño para pedirle un autógrafo y que su forma de regatear y pisar el balón no había sido nunca antes apreciada en Europa, no hace falta haberlo visto para creerlo. Ya te lo están contando. Igual que nos han contado que el 12 de octubre de 1942 Cristóbal Colón llegó a América. Y tampoco estuvimos allí para comprobarlo. Y tampoco lo vimos en la televisión.
Aunque también los hay que sostienen que la Tierra es plana.
El caso es que después de ese intercambio de whatsapps (y de buen rollo, que nadie piense que nos tiramos los trastos) he decidido hacer una historia contrafactual del Balón de Oro. Por supuesto, sujeta a discusión, pero con argumentos que vayan más allá del “yo nunca lo vi jugar”.
¿Qué es una historia contrafactual? Es una historia alterna en la que se responde a la pregunta; ¿qué hubiera pasado sí? Es un ejercicio de abstracción y ficción pero desde un punto de vista histórico. Uno de los ejemplos más relatados es la hipotética victoria de los nazis en la II Guerra Mundial. Una historia contrafactual se basaría en datos, personajes y relaciones geopolíticas reales para crear una nueva historia en la que la Guerra Fría se libraría entre el Eje y el llamado Mundo libre. Un futuro lleno de nazis zombis, de esclavitud y de apocalipsis nuclear sería una historia de literatura fantástica.
Para crear la historia contrafactual del Balón de Oro he tenido que escoger un punto de divergencia. He tomado como inicio el año 1930. Es entonces cuando se celebra el primer Mundial de fútbol, que marca el punto de globalización definitivo del deporte inventado por los británicos a mediados del siglo XIX. Por otro lado en 1930 la profesionalización ya es una realidad en gran parte de los países occidentales. De hecho, la creación del Mundial obedece a ello. Dado que los profesionales no podían competir en los Juegos Olímpicos, las victorias uruguayas de 1924 y 1928 se ponían en entredicho al no haber podido participar los mejores futbolistas de Europa.
Para los escépticos es importante señalar que por entonces no existía la diferencia Europa-América. Realmente no será hasta mediados de los 60 cuando el milagro económico de la posguerra haga que Europa pase por encima de Sudamérica lo que, como no podía ser de otro modo, se reflejará en la industria futbolística. El proceso culminará en los 90 con la aprobación de la Ley Bosman y la ruina definitiva de las ligas de fútbol iberoamericanas. Pero entre 1930 y 1960 el nivel de equipos y jugadores sudamericanos y europeos occidentales era parejo. De hecho, en los años 40 la preponderancia del fútbol latinoamericano fue total frente a una Europa que estaba desmembrándose en el campo de batalla.
Para más inri los británicos, sabiéndose ya sino en inferioridad al menos no superiores al resto del mundo, declinaban participar en las competiciones de clubes y de selecciones por lo que era muy complicado calibrar su verdadero nivel en comparación con el resto de naciones. No será hasta 1950 cuando Inglaterra participe en un Mundial de fútbol y lo hará de forma estrepitosa.
La última consideración a tener en cuenta es el escaso número de partidos disputados en comparación a la actualidad. En una temporada habitual una figura de la época podía disputar menos de 30 partidos oficiales con su club y tan sólo 3 o 4 con su selección. Los partidos amistosos eran vistos como auténticos torneos internacionales. Al acabar las ligas los grandes equipos emprendían giras por otros países, cuyas visitas solían ser devueltas al año siguiente. Eran esos choques amistosos de carácter internacional los que llenaban estadios de fútbol y páginas de prensa. La leyenda de la gambeta argentina se fraguó en amistosos jugados en España, la invencibilidad del ‘Wunderteam’ austriaco en partidos por toda Europa y el mito de Pelé en las giras veraniegas del Santos.
Así pues, vamos con la lista de los ganadores del Balón de Oro antes de que hubiese el Balón de Oro. Además de haber sido grandes futbolistas todos ellos pertenecen a la época más romántica del fútbol, sin representantes, sin acólitos, sin millones y sin la saturación de los medios de comunicación. No son más que los ganadores de un trofeo. Pudieron tener un gran año, una gran trayectoria, pertenecer a un gran club o tener la suerte de no coexistir con otros grandes campeones. No es más que una lista. No es más que un trofeo. Pero son la fotografía de un instante. Una base que nos permite recordar a los grandes campeones del pasado. Aquellos de los que apenas hay imágenes, pero si un hondo recuerdo.
Los ganadores entre 1930 y 1955 serían los siguientes.
1930 José Nasazzi (Uruguay) Club Atlético Bella Vista
1931 Héctor Scarone (Uruguay) Nacional de Montevideo / Inter Milan
1932 Dixie Dean (Inglaterra) Everton FC
1933 Matthias Sindelar (Austria) FK Austria Viena
1934 Giuseppe Meazza (Italia) Inter Milan
1935 Ricardo Zamora (España) Real Madrid
1936 Giuseppe Meazza (Italia) Inter Milan
1937 Stanley Matthews (Inglaterra) Stoke City
1938 Silvio Piola (Italia) SS Lazio
1939 Arsenio Erico (Paraguay) Independiente de Avellaneda
1940 Josef Bican (Austria) Slavia Praga
1941 José Manuel Moreno (Argentina) River Plate
1942 José Manuel Moreno (Argentina) River Plate
1943 Obdulio Varela (Uruguay) Montevideo Wanderers
1944 Adolfo Pedernera (Argentina) River Plate
1945 Adolfo Pedernera (Argentina) River Plate
1946 Valentino Mazzola (Italia) AC Torino
1947 José Manuel Moreno (Argentina) River Plate
1948 Ferenc Puskás (Hungría) Honved
1949 Zizinho (Brasil) Flamengo
1950 Juan Alberto Schiaffino (Uruguay) CA Peñarol
1951 Gunnar Nordahl (Suecia) AC Milan
1952 Ferenc Puskás (Hungría) Honved
1953 Billy Wright (Inglaterra) Wolverhampton Wanderers
1954 Ferenc Puskás (Hungría) Honved
1955 Alfredo Di Stéfano (Argentina) Real Madrid
Como todos ya sabéis, el primer Balón de Oro en 1956 fue para Stanley Matthews. Por aquel entonces el extremo inglés ya contaba con 40 años y el premio no fue más que un reconocimiento a su trayectoria y a la del fútbol británico.
De este modo, y esto alegrará a mi amigo, es justo modificar al ganador del Balón de Oro de 1956 y otorgárselo a Alfredo Di Stéfano, goleador y artífice de la victoria del Real Madrid en la primera Copa de Europa de la historia.
1956 Alfredo Di Stéfano (Argentina) Real Madrid
Por lo tanto, y según la historia contrafactual formulada en éste y en el artículo de la semana pasada, la lista de los más laureados futbolistas con el Balón de Oro sería la siguiente.
1. Pelé (Brasil) Santos FC(1958, 1959, 1960, 1961, 1963, 1964, 1970) 7
2. Lionel Messi (Argentina) FC Barcelona(2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019) 6
3. Cristiano Ronaldo (Portugal)M. United / Real Madrid(2008, 2013, 2014, 2016, 2017) 5
4. José Manuel Moreno (Argentina) River Plate(1941, 1942, 1947) 3
4. Ferenc Puskás (Hungría) Honved(1948, 1952, 1954) 3
4. Alfredo Di Stéfano (Argentina) Real Madrid(1955, 1956, 1957) 3
4. Johan Cruyff (Holanda) AF Ajax / FC Barcelona (1971, 1973, 1974) 3
4. Michel Platini (Francia) Juventus (1983, 1984, 1985) 3
4. Marco van Basten (Holanda) AC Milan (1988, 1989, 1992) 3
5. Giuseppe Meazza (Italia) Inter Milan(1934, 1936) 2
5. Adolfo Pedernera (Argentina) River Plate(1944, 1945) 2
5. Franz Beckenbauer (Alemania) Bayern Munich (1972, 1976) 2
5. Karl-Heinz Rummenigge (Alemania) Bayern Munich(1980, 1981) 2
5. Diego Maradona (Argentina) SS Nápoles(1986, 1990) 2
5. Ronaldo (Brasil) Inter Milan / Real Madrid(1997, 2002) 2