El Mundial de Clubes que nunca se jugó (2000-2001)
El objetivo primordial de la FIFA es ganar dinero. A través del Mundial obtiene la mayor parte de sus ganancias. Ese es el eje. Pero hay múltiples competiciones. Con la ayuda de ellas se obtienen réditos de derechos audiovisuales, patrocinios, entradas y hospitalidad. También se consigue una buena tajada con la licencia de productos, conocido en el argot como ‘branding’. Y es bueno que la FIFA gane dinero. Sin el dinero no podría llevar al fútbol a todos los rincones del planeta. La FIFA sostiene federaciones minúsculas, protege socialmente a ex futbolistas, construye escuelas y promueve el fútbol femenino.
La FIFA tiene seis hijos. Cuatro son pobres y necesitan a la FIFA para sobrevivir. Son mayoría, por lo que papá FIFA está siempre atento a sus súplicas y necesidades y, a cambio, cuando tiene algún problema sabe que siempre podrá contar con su apoyo. Esos hijos se llaman Concacaf (41 federaciones), CAF (54 federaciones), AFC (47 federaciones) y OFC (14 federaciones). Es decir, África, Norteamérica-Caribe, Asia y Oceanía. Tiene también la FIFA dos hijos rebeldes. Uno es contestario. No tiene muchos posibles, pero sus fieles son legión y su poder entre las masas es fascinante. Ese vástago se llama Conmebol (10 federaciones) y representa a Sudamérica. El otro hijo es rico y poderoso. Su fortuna es igual a la del padre y sueña con tomar las riendas de la empresa familiar para poder gestionarla a su antojo. Ese retoño responde al nombre de UEFA (55 federaciones) y representa a Europa.
Durante un siglo la UEFA y la Conmebol se consideraron dueños del mundo. No sin razón gestionaban el pasado y el presente del fútbol. Allá por 1960 crearon una competición que enfrentase anualmente a los campeones de América y de Europa para dictaminar cual era el mejor equipo del mundo. Era lógico. No había nada comparable fuera de ese marco. Aquel primer trofeo fue logrado por el Real Madrid al derrotar en dos partidos al CA Peñarol. Hubo empate sin goles en Montevideo y en Madrid el Real venció por un claro 5-1. Los merengues se proclamaron campeones de la primera Copa Intercontinental.
La FIFA, que ni pinchaba ni cortaba en ese trofeo, se negó a dar el título de campeón del mundo a los ganadores de la contienda. Era un torneo entre dos confederaciones. Nada más que eso. Aunque para los aficionados el vencedor de la Intercontinental fuese el mejor club del mundo, para la FIFA eso era irrelevante. Despechados, en 1980 la Conmebol y la UEFA firmaron un convenio con la empresa Toyota. La Intercontinental se disputaría a partido único en Japón aumentando considerablemente los premios y los beneficios. Mercedes que, por supuesto, no gestionaría la FIFA.
Todo cambió a finales del siglo pasado. La FIFA se propuso sustituir la Copa Intercontinental por la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. Durante diez días del mes de enero del año 2000 ocho conjuntos lucharían por conseguir el reinado del fútbol global. Estaban los seis campeones de las distintas confederaciones (Manchester United, Vasco de Gama, Necaxa, Al-Nassr, Raja Casablanca y South Melbourne) a los que se añadieron dos conjuntos a mayores para completar ocho escuadras y poder formar dos grupos de cuatro equipos. Los invitados fueron el Real Madrid, al que la FIFA reconoció como mejor club del siglo XX, y el SC Corinthians, por ejercer de anfitrión. Y es que el campeón brasileño tendría que estar presente en un torneo cuya final tendría lugar en el incomparable Maracaná.
El objetivo de la FIFA era eliminar la Intercontinental y ocupar su lugar. La FIFA debe apoyar la expansión del fútbol a nivel global, tanto por una cuestión moral, como política, como monetaria. Pero tanto la UEFA como la Conmebol se negaron a ello. La Copa Intercontinental seguiría en pie. Y así lo hizo. Apenas un mes antes el Manchester United había logrado el título de 1999 y en diciembre del 2000 sería el Boca Juniors el que vencería al Real Madrid. A ojos del gran público ambos conjuntos eran los reales campeones del mundo.
El caso es que la FIFA puso en marcha su Copa del Mundo de Clubes. Y el varapalo fue considerable. El torneo apenas tuvo repercusión fuera de Brasil. United y Madrid jugaron a medio gas y no lograron clasificarse para la final. Los ingleses tan sólo consiguieron vencer al South Melbourne en un duelo intrascendente. Los españoles no lograron disputar la final por diferencia de goles y perdieron el partido por el tercer puesto ante el Necaxa mexicano. El torneo fue ganado por penaltis por el Corinthians ante el Vasco da Gama tras un aburrido empate sin goles. Que el vencedor fuese un equipo invitado no daba demasiada credibilidad al torneo. En aquel Corinthians destacaban Dida, Vampeta, Luizao y un veterano Freddy Rincón.
Visto el fiasco, para 2001 la FIFA decidió llevar el torneo al verano. Los grandes clubes europeos habían protestado por lo apretado del calendario. Pero ese no era el problema. Las pérdidas económicas fueron terribles y la FIFA pensó que disputar el torneo a finales de julio, cuando las grandes ligas están paradas, le permitiría obtener la atención de los aficionados.
Así que la FIFA subió la apuesta. Serían 12 los participantes. Se formarían tres grupos de cuatro equipos. Los vencedores y el mejor segundo se enfrentarían en las semifinales. La final tendría lugar en el Santiago Bernabéu. Y es que España sería la anfitriona. La FIFA confió en la ambición de dos hombres. Uno era Florentino Pérez. Recién nombrado presidente del Real Madrid, tenía la intención de convertir al club blanco en una empresa capaz de generar ingresos a nivel global. El otro era Augusto César Lendoiro. Había llevado al modesto RC Deportivo a codearse con los grandes de Europa y soñaba con poder mantener eternamente ese estatus y llevarse un trozo del pastel.
Habrían de participar dos equipos por confederación. Los campeones de todas ellas y un segundo espada también victorioso. Por ejemplo, de la UEFA irían el Real Madrid (campeón de Europa) y el Galatasaray SK (campeón de la Copa de la UEFA). De la Conmebol estaba Boca Juniors (campeón de la Libertadores) y el SD Palmeiras (subcampeón de la Libertadores). A estos había que añadir a Los Ángeles Galaxy y Olimpia de Honduras (Concacaf), Jubilo Iwata y Al-Hilal (AFC) y Zamalek SC y Hearts of Oak (CAF). El representante oceánico sería el Wollongong Wolves australiano. Únicamente se renunció a un segundo club de Oceanía para dar entrada al RC Deportivo, que acudiría como invitado.
En marzo de ese año tuvo lugar el sorteo. El grupo A, liderado por Boca y RC Deportivo, jugaría sus partidos en Riazor (A Coruña) y San Lázaro (Santiago). El grupo B comandado por Palmeiras y Galatasaray, en el Vicente Calderón de Madrid. El grupo C, gobernado por Real Madrid y LA Galaxy, tendría como sede el Santiago Bernabéu. La final se disputaría el 12 de agosto de 2001 en el coliseo blanco.
Jamás llegó a disputarse el torneo. En medio del estallido de la burbuja de las .com y del crack de las televisiones de pago por visión, ningún medio audiovisual pujó por llevarse los derechos de la competición. En mayo quiebra ISL, la empresa que gestiona la organización del torneo. La FIFA pierde 5.500 millones de dólares y tiene un muerto encima de la mesa. Decide indemnizar a los participantes y posponer el torneo hasta el año 2003. En 2003 se pospondría ‘sine die’.
Mientras la Copa Intercontinental sigue con sus andanzas, aunque también está tocada. Desde que en diciembre de 1995 se abrió la libre circulación de jugadores en Europa las plazas para foráneos quedaron en exclusiva para los astros que venían de Sudamérica. Año a año los grandes equipos argentinos y brasileños ven como los adolescentes que formaron siendo niños escapan a Europa donde esperan forjar una próspera carrera. Solo Boca Juniors (2000 y 2003) pudo romper la hegemonía de Europa en un torneo que hasta había perdido interés entre los aficionados japoneses.
En 2005 llegaría el reemplazo. Ahora si la Copa Mundial de Clubes tendría la aceptación de UEFA y Conmebol. Se jugaría en Japón, no habría grupos y el número de partidos sería limitado. Mientras los campeones de otras confederaciones se enfrentan entre sí en rondas previas, tanto el campeón de Europa como el de Sudamérica esperan rival en las semifinales. Se mejoran los premios económicos y el asunto queda zanjado. Sao Paulo FC venció a Al-Ittihad (3-2) y Liverpool FC a Deportivo Saprissa (3-0) para luego luchar por un título que se decantó para los brasileños por 1-0. Hubo que esperar hasta 2010 para ver una final sin representante sudamericano. Aquel año el Internazionale milanés venció por 3-0 al TP Mazembe congoleño. Nunca un equipo europeo ha faltado a una final y desde 2012 no pierden una.
No sería hasta el año 2017 cuando la FIFA consideró a los 25 clubes que ganaron al menos una vez la Copa Intercontinental (1960-2004) como legítimos campeones del mundo. Así pues, en el palmarés conjunto iniciado en 1960 por el Real Madrid encontramos a dos campeones del mundo oficiales para el año 2000. Son Boca Juniors como campeón de la Intercontinental y SC Corinthians como ganador de la primera Copa del Mundo de Clubes.
Quien nunca será campeón del mundo es el RC Deportivo. Para 2001 hubo Copa Mundial de Clubes. Pero solo en nuestra imaginación.
“¿Qué es la vida? Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Calderón de la Barca.
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