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Especial Año Nuevo: Entrevista a Lenin

Libertario, idealista y voluntarioso para unos, parásito, verdugo o espía para otros, Vladimir Ilich Ulianov fue la persona que primero dotó de personalidad científica y luego convirtió realidad las ideas de igualdad social marxistas de Friedrich Engels y Karl Marx. Fuerte, autoritario y con una fe inquebrantable y sincera sobre la igualdad entre los distintos seres humanos, Lenin me recibe en el salón principal del Palacio de Invierno de San Petersburgo tras una mesa llena de libros y papeles desordenados. Con rictus serio y mirada penetrante, amenaza con derrumbarme con la misma oratoria que sigue dando esperanzas a millones de personas cuando nos acercamos al centenario de su fallecimiento.

Misterdato (P): ¡Feliz año!

Lenin (R): ¡Feliz 104º aniversario de la Revolución camarada!

P: La semana pasada entrevistaba a Churchill.

Lenin (R): Imperialista facineroso.

P: Decía que la semana pasada entrevisté a Churchill y me confesaba que nunca le había pegado una patada a un balón. ¿Usted ha practicado algún deporte?

Lenin (R): Jamás. El deporte no me supone desafió intelectual alguno. Me encantaba jugar partidas de ajedrez contra Gorki. En mis continuos exilios el tablero de ajedrez era un compañero más.

P: Cuando la Revolución Rusa triunfa en 1917 los clubes de fútbol -al igual que el resto de sociedades privadas- o pasan a control estatal o bien son liquidados. Surgen los CSKA (equipo del ejército), Dinamo (policía y asuntos secretos), Lokomotiv (ferrocarril y sistemas eléctricos), Zenit (acero e industria pesada) o Torpedo (industria de la automoción).

Lenin (R): ¡Claro! Los comunistas rechazamos el fútbol profesional. Los clubes de fútbol no son más que organizaciones capitalistas.

P: Pero en la URSS todos los futbolistas cobraban bajo cuerda con un contrato de trabajo ficticio de la empresa estatal correspondiente. O se les daba mejores coches o casas, o cargos simbólicos en el ejército.

Lenin (R): Los fallos en el sistema no son mi culpa. Eso hágaselo saber al cara picada de Stalin. Mire, el deporte tiene que ser soviético. Mi objetivo siempre ha sido llevar la revolución socialista por el mundo e intentar de esta manera acabar definitivamente con el capitalismo. Si en el capitalismo está el deporte burgués, por supuesto es algo que hay que eliminar. Mi pensamiento es que el fútbol es una competición ideológica entre burgueses y no me interesa en absoluto. ¿Sabe porque los bolcheviques no triunfaron en la industrializada Gran Bretaña?

P: Dígame.

Lenin (R): Fíjese donde fuimos a triunfar, en uno de los países más atrasados del mundo. Hasta 1861 no se aceptó la liberación de los siervos en Rusia. Siempre pensé que sería en Gran Bretaña donde los bolcheviques haríamos la Revolución y siempre he culpado al deporte de ser una peste emocional que contamina los pensamientos revolucionarios. El fútbol es como la burguesía o la Iglesia; algo banal e insípido que controla a los obreros.

P: Sin embargo, como hombre inteligente que es, sabe que no se le puede poner puertas al campo. El deporte ha ido creciendo en importancia y los países soviéticos lo moldearon a su antojo. Aún hoy sigue siendo objeto de deseo por países capitalistas pero también por China, uno de los últimos reductos leninistas.

Lenin (R): ¿Leninista China? ¡No me hable de China! ¡Juy tebye sza schyoku!

P: ¿Perdón?

Lenin (R): Disculpe mis modales, prefiero no traducirlo.

P: No se preocupe.

Lenin (R): Lo que intento exponerle es que sin teoría marxista no puede haber una buena actuación práctica, esto es evidente. Los comunistas necesitamos una pureza de principios. Tenemos que distinguirnos nítidamente de todos los demás.

P: Hablemos del deporte soviético pues. Del deporte soviético genuino.

Lenin (R): La educación física es un elemento esencial en el sistema general de crianza de los jóvenes del comunismo. Tiene como objetivo disponer a los adolescentes para el trabajo y prepararlos para el ejército y para la defensa del poder soviético. Los clubes deportivos, creados en tiempos previos a la Revolución, deben ser tomados por los obreros y crear otros nuevos.

P: Crear soviets.

Lenin (R): Exacto. El marxismo es todopoderoso porque es cierto. Si hay agrupaciones y asambleas de obreros y de campesinos, ¿por qué no soviets de deportistas? ¿Por qué los futbolistas no pueden ser dueños de un club de fútbol al igual que unos obreros lo son de una fábrica de tractores?

P: Para usted el deporte solo tiene una concepción revolucionaria.

Lenin (R): ¡Obvio! Nacionalizar el deporte para controlar los recursos. Una de las primeras cosas que hice al llegar al poder es ordenarle a mi fiel Podvoisky redactar el decreto de instrucción de la gimnasia. El deporte ayuda a alejarse de la adicción al tabaco y al vodka, lo que aumenta la producción de los trabajadores. Una visión correcta de la educación física de las masas implica a ésta como un medio para obtener un desarrollo integral armonioso del individuo. El deporte no solo desarrolla al individuo, debe ejercer de antipresión del capitalismo y ayudar al comportamiento grupal y a la promoción de una vida saludable que ayude a la Revolución.

P: Perdóneme camarada. Pero si los comunistas utilizan el deporte para aumentar la producción de los trabajadores y para tenerlos controlados grupalmente como actores que luchen ante el capitalismo, ¿eso no es usar el deporte en su beneficio? ¿No es convertir el deporte en el opio del pueblo? ¿No es hacer lo mismo que hacen los países capitalistas con el deporte?

Lenin (R): Es imposible visualizar el ideal de una sociedad futura sin una combinación de instrucción y trabajo productivo, ni puede el trabajo productivo, sin una simultanea instrucción y educación física, ser puesto en el plano requerido por el nivel moderno de la tecnología y el estado de la ciencia y de su conocimiento.

P: No he conseguido comprenderle del todo.

Lenin (R): Yo a mí mismo tampoco. ¡Ese era el objetivo!

P: Bien, cambiemos de tercio. Lo que si podemos poner a su favor es la igualdad de géneros. Nunca antes la mujer deportista tuvo tanta relevancia como en los países comunistas.

Lenin (R): Así es. El deporte fue esencial para que en la primera dictadura del proletariado triunfásemos en la lucha por la plena equiparación social de la mujer. El deporte desarraiga más prejuicios que muchos volúmenes de literatura feminista. Pero, a pesar de todo y con todo, todavía no existe un movimiento femenino comunista internacional, y es necesario crearlo a todo trance. Es necesario entregarse inmediatamente a esta tarea. Veo que el movimiento feminista de la actualidad es burgués y eso no me satisface.

P: Es posible que tenga razón. También hemos avanzado mucho en libertades sexuales. Usted siempre creyó en el amor libre y sin embargo estuvo casado, ¿me equivoco?

Lenin (R): Imagino que sabrá que mis padres eran burgueses, algo de lo que, por cierto, nunca renegué, porque un hombre se hace a sí mismo y no tiene culpa de los padres que le tocan. Y sí, adoro a mi madre y me casé. Nunca me gustó el matrimonio burgués ni la santa propiedad, pero supongo que quería contentar a mi madre. Tuve múltiples amantes, pero fíjese, nunca hubo romanticismo o banalidad, buscaba mujeres inteligentes con las que discutir sobre los beneficios de la Revolución.

P: Ya que de deporte no le voy a sacar mucho más, hablemos de la actualidad. ¿Cómo ve este mundo entregado al capitalismo?

Lenin (R): Yo lo veo muy bien. Una revolución es imposible sin una situación revolucionaria. Estamos en un periodo de incertidumbre, y la incertidumbre es gasolina para la revolución comunista. Hay que incitar el odio de clases entre el proletariado y destruir su base moral para que se rebelen.

P: ¿Vería factible repetir en la actualidad la Revolución de 1917?

Lenin (R): ¡Claro que sí camarada! ¡Estado y Revolución! Lo esencial es ser despiadado y decir y hacer todo lo necesario para alcanzar el objetivo. Ustedes tienen hoy esa maravilla que se llama Internet ¡Paz, tierra y pan! y aún me sobran 136 caracteres para publicar en Twitter. Los periódicos pueden usarse como panfletos propagandísticos, pero las redes sociales son mucho más perversas y viles ¡A la mierda el Pravda! No se deje engañar por la doctrina. La doctrina es indispensable, pero al pueblo se le gana con mensajes claros y concisos.

P: Me está diciendo que con Internet los regímenes de Hitler o de Stalin hubiesen sido aún peores. Es decir, ¿si en 2021 hubiese un nuevo Hitler o un nuevo Stalin serían aún más terribles?

Lenin (R): En primer lugar, no me compare a un fascista con un comunista. Es deleznable y de una estupidez supina. En segundo lugar no me compare con ese georgiano de cara picada usurpador de poder. La violencia sólo se debe usar para mantener el poder del proletariado, pero nunca me ha entusiasmado. ¿Ha visto fotos mías? Nunca usé uniformes militares. Creé la policía secreta y los campos de trabajo, pero con fines de control, nunca de exterminio. La libertad es algo precioso, pero tan precioso que debe ser racionada cuidadosamente. La gente me sigue queriendo. El culto a Lenin sigue existiendo, sigue teniendo continuidad histórica.

P: Es cierto, pero su mausoleo más que el símbolo de una ideología comunista parece en la actualidad un altar del nacionalismo ruso.

Lenin (R): Ya sabe, si no eres parte de la solución eres parte del problema. Es una verdad el que con frecuencia en política se aprende del enemigo.

P: Creo que he tenido suficiente camarada. No hemos hablado prácticamente nada sobre deporte, pero gracias por su tiempo.

Lenin (R): A usted camarada. Y recuerde que está conversación está grabada. Espero que no cambie ni un ápice de lo que aquí hemos hablado o tendré que llamar a mis camaradas del NKVD. Ya sabe que salvo el poder, todo lo demás es ilusión.

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