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Como escoger el nombre de un equipo de fútbol

Como deportivista que soy, un chascarrillo que circula al norte del Rande es el nuevo nombre del Real Club Celta de Vigo ante el órdago de su presidente de llevar el estadio lejos del ayuntamiento vigués. Real Cerca de Vigo, Rápido de Marín, Ajax de Moaña, Spartak de Porriño…Nombres legendarios e históricos de clubes de gran solera, muchos de ellos repetidos por la geografía europea.

Seguro que en algún artículo, en un blog o en alguna revista habrás leído algo sobre el nombre de los clubes deportivos y su referencia a la mitología o a la historia de su país. Es un tema muy manido, al que tampoco hay nada nuevo que aportar. Pero, ¿quién sabe? Quizás el google te ha llevado a este blog al buscar información sobre el tema, o he conseguido despertar tu curiosidad, o, quizás, nunca te habías parado a pensar sobre esta materia.

La inmensa mayoría de los clubes de fútbol surgieron a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX. Es una época de oro para el Estado-Nación y para el simbolismo entre el país y el ciudadano. Bajo ese contexto, muchos clubes adoptan un nombre que evoca la situación política del país, valores identitarios en el nacimiento de la nación o simplemente un carácter mitológico.

Situación política del país

En los países del bloque comunista, los distintos sindicatos creaban su propio club deportivo, lo que a su vez permitía al Estado un control persona a persona del trabajador fuera de su horario de trabajo. Así el CSKA era el equipo del ejército, y por lo tanto el más poderoso del país, el Dinamo la sociedad polideportiva de la policía, el Torpedo el club del sindicato del automóvil y el Lokomotiv el equipo de los trabajadores del ferrocarril.

En España o Portugal, como en otros países europeos, se siguió la tradición inglesa de dotar al equipo con el nombre de la ciudad o barrio y añadirle un adjetivo relacionado con el deporte (Athletic, Sporting, Football y sus variantes en castellano). No obstante, hay decenas de excepciones. En España, por ejemplo, múltiples equipos lucen con orgullo el apelativo de Real, que hace un siglo era sinónimo de status social y otorgaba preeminencia dentro de la competencia local (por ejemplo el Real Club Deportivo y el Club Coruña en la capital herculina). En Inglaterra, por otra parte, también surgieron clubes unidos a distintos sindicatos obreros u católicos, tales como el Arsenal (trabajadores del depósito de armas), West Ham (obreros de una acería del oeste de Londres) o el Aston Villa (feligreses y diáconos de la iglesia Villa Cross de Birmingham).

Valores identitarios en el nacimiento de la nación

Los tenemos de muy diversa índole. Muchas veces se debe a un héroe o símbolo de la nación. En Portugal el club de Barcelos se llama Gil Vicente, en distinción al mayor dramaturgo luso de la historia. Otros como el Shakhtar Donetsk toman su nombre de Stakhanov (Estajanov para nosotros) el héroe del trabajo en la URSS. Y también los hay de carácter religioso caso del San Patrick’s Athletic irlandés que bebe su denominación de San Patricio, el santo patrón del país isleño.

No obstante, la mayoría son personajes relacionados con gestas guerreras. El FK Obilic de Belgrado (héroe de la batalla de Kosovo en el siglo XIV), Arminia Bielefeld (Arminia es Herrmann el protagonista bárbaro en la batalla de Teotoburgo ante el Imperio Romano), o el Levski Sofia (de Vasil Levski héroe antiturco) son ejemplos de ello.

Por último, también los hay que simplemente son símbolo de identidad pero sin causa histórica concreta. Así, el Austria Viena toma el nombre de la nación y el Viking FC noruego o el Celta de Vigo recogen una simbología de los pueblos en su designación.

Carácter mitológico

Al recuperarse en 1896 la tradición griega de celebrar unos Juegos Olímpicos cada cuatro años, la Europa de entre siglos bebía de la mitología como símbolo de modernidad, educación e inteligencia. La gimnasia, el culto al cuerpo y la práctica deportiva se recuperó como status social y como exaltación del ser humano. Los equipos adoptaron el nombre de dioses con los que pretendían identificarse y transmitir una serie de valores.

Obviamente abundan los ejemplos. Aris de Salónica (Ares, dios de la guerra), Apollon de Nicosia (Apolo, dios del sol y de la luz), Heracles (Hércules, con múltiples equipos por toda Europa), Fortuna de Sittard, Sparta de Praga (referente a los espartanos y a su ética de trabajo), Ajax de Amsterdam (héroe de la guerra de Troya), Atlante de México (el titán Atlas), Olympiakos de Atenas (en referencia a Olympia), Atalanta de Bérgamo (atleta de la mitología griega).

Y para acabar con este artículo nada mejor que hacerlo con el club de fútbol más antiguo del mundo, el Sheffield Football Club fundado en 1857 y que actualmente deambula por categorías semiprofesionales inglesas. Nunca debemos confundirlo con los más conocidos Sheffield United y Sheffield Wednesday, los otros dos equipos de la ciudad de Yorkshire.

 


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