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Apuntes sobre la Ryder Cup

La Ryder Cup nació en 1927 como un enfrentamiento entre Estados Unidos y Gran Bretaña, los dos países que aglutinaban el interés mundial por el golf en aquella época. Para ser más precisos, los orígenes del golf tienen sus raíces en Escocia y la Costa Este de Estados Unidos. Y es que fue en tierras escocesas donde juegos similares al golf o al hockey sobre hierba empezaron a practicarse desde la Edad Media y sería en Edimburgo donde a mediados del siglo XVIII se crearon las reglas del golf moderno. Luego los emigrantes escoceses introducirían el nuevo deporte en las colonias británicas, que más tarde serían el germen de los Estados Unidos.

En la década de 1920 el golf ya era un deporte preponderante entre la alta sociedad y a cada lado del Atlántico se jactaban de practicar el mejor golf conocido. En ese debate entre jugadores y aficionados surgió la idea de Samuel Ryder, un empresario del maíz residente en Londres. La afición de Ryder al golf comenzó cuando ya frisaba los 50 años. Fue debido a una recomendación médica cuando la práctica del deporte se convirtió en cotidiana para él. Comenzó con poco gusto, pero al poco tiempo se había convertido en un fanático. Su acomodada posición económica le permitió contratar a un golfista profesional como tutor personal y construirse un campo de golf en su mansión situada en Wessex.

Ryder Cup, el legado de una amistad - Crónica Golf
Samuel Ryder

Dicho tutor era un tal Abe Mitchell al que había conocido en 1926 durante un torneo benéfico disputado en Sant Albans, al norte de Londres, con participación de deportistas de ambos continentes. Fascinado por la calidad de los contendientes, Samuel Ryder decide financiar un torneo que enfrente a Estados Unidos con Gran Bretaña bianualmente. Su idea y su forma de estructurar la competición a través de un duelo hoyo a hoyo (‘match play’) revolucionó el golf. Ryder puso en juego una copa de oro de 12 quilates que aún hoy se mantiene en liza.

En aquella primera edición celebrada en Massachusetts en junio de 1927 los estadounidenses demostrarían una superioridad que mantendrían con el transcurrir de los años. El barco ‘Aquitania’ llevó a los británicos al Nuevo Continente tras seis días de travesía en la que no pudo participar Mitchell por una inoportuna apendicitis. Mitchell había sido designado por Samuel Ryder como capitán del equipo británico, pero tendría que esperar a la siguiente edición disputada en Europa para lucir capitanía.

Y es que esas son las dos grandes señas de identidad de la Ryder Cup. Por un lado, es un torneo grupal en el que cada escuadra cuenta con 12 golfistas a los que hay que añadir un capitán. La fórmula de competición (la ya citada forma del ‘match play’) se basa en el juego por hoyos durante tres días, en los que primero se compite por parejas y en la jornada del domingo se finaliza con 12 duelos individuales. En la modalidad de juego por parejas cada miembro del dúo alterna las salidas (uno sale en los hoyos pares y otro en los impares) y los golpes hasta acabar el hoyo. Para puntuar cuenta el mejor resultado de uno de los miembros de la pareja en cada hoyo.

La segunda característica es su sistema bianual rotatorio entre continentes Tan sólo el periodo entre 1939 y 1945, cuando tuvo que ser cancelada debido a la Segunda Guerra Mundial, y la edición del año 2001, que tuvo que ser retrasada un año porque iba a tener lugar pocos días después de los atentados del 11-S, alteraron su curso. Es por eso que desde el año 2002 el torneo se celebraba en los años pares, hasta que el coronavirus hizo retrasar la edición de 2020. De esta forma en 2021 se ha vuelto al sistema de años impares.

En 1973, tras un dominio arrollador por parte estadounidense en el que los británicos tan sólo lograron una victoria en cuatro décadas, se decidió ampliar a Irlanda el equipo europeo. Sería con la aparición fulgurante del español Severiano Ballesteros cuando todos los golfistas de la Europa Continental optaron a entrar en el equipo de la Ryder. Gracias a la influencia de Ballesteros la Ryder Cup salió por vez primera de las Islas Británicas para disputarse en Valderrama (Cádiz) en 1997. En 2018 sería turno de Paris. Desde ese 1979 el torneo es mucho más interesante, ya que el número de victorias se ha igualado (Europa 12- Estados Unidos 10).

El torneo asume sus particularidades. Cuenta con ceremonia de inauguración y desfile con izada de banderas y entonación de himnos. Más tarde tiene lugar la cena de gala con los equipos al completo en compañía de sus parejas, si es menester. Asisten también invitados de renombre, patrocinadores y grandes personalidades. Los 24 jugadores que forman parte de la Ryder Cup están obligados a visitar al sastre y vestir impecablemente, tanto dentro como fuera del campo de golf, durante toda la semana.

Para la mayoría de los entendidos no existe Ryder más legendaria que la de 1969. El duelo iba empatado en el último hoyo del último enfrentamiento, cuando el estadounidense Jack Nicklaus dio por finalizado el choque antes de que el británico Tony Jacklin golpease la bola. ‘La concesión’, como así quedó el hecho reflejado para la posteridad, permite que un golfista de por acabada para su rival la disputa de un hoyo antes de embocar definitivamente. Se da por hecho que el golfista va a embocar y así se le libra del mal trago de fracasar. Jacklin tenía que meter la bola a menos de un metro para empatar, pero en caso de fallar su equipo perdería el torneo y, de paso, su reputación quedaría tocada de por vida. “No creo que hubieses fallado, pero mejor no darte la oportunidad”, le comentó Nicklaus a su oponente.

Lo cierto es que desde aquel primer torneo de 1927 en el que Samuel Ryder donó una copa de oro como premio al equipo ganador, la Ryder Cup ha crecido de tal forma que hoy es un monstruo que genera cientos de millones de euros y tiene una audiencia planetaria estimada en 600 millones de telespectadores. Curiosamente, los golfistas no perciben ni un euro, siendo la Ryder Cup el único torneo del circuito en el que la gloria y el honor sustituyen al profesionalismo.

Los golfistas: la Ryder Cup encarna los valores del golf | Europa Digital
Ceremonia Ryder 2018

“El golf es un juego en el que se coloca una bola de unos centímetros de diámetro sobre otra bola de 12.000 kilómetros de diámetro. Todo consiste en darle a la bola pequeña sin tocar la grande”. Charles Chaplin, actor y golfista aficionado.

“En el tenis, el número uno del mundo pasa el 90 por ciento de su tiempo ganando, mientras que el golfista número uno del mundo se pasa el 90 por ciento de su tiempo perdiendo. El golf es el juego de los grandes perdedores”. David Feherty, golfista profesional.

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