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En el nombre del padre

La película ‘In the name of the father’ (En el nombre del padre), narra una historia social de denuncia de la violencia policial en la Irlanda de los años de plomo. Pero el fondo del filme, y lo que hace que fuese aceptada por crítica y especialmente por el público, trata sobre un hijo y su padre. En la negación de la adolescencia y en la aceptación en la madurez. Del honor de un padre y de la lucha por dejar vivo un legado.

El Día del Padre (así, en mayúsculas) fue instaurado el tercer domingo del mes de junio de 1924 por parte de Calvin Coolidge, uno de los presidentes más irrelevantes de los Estados Unidos. Parece ser que su origen se remonta un par de décadas más atrás cuando en los inicios de la lucha del movimiento feminista unas cuantas mujeres lideradas por Smart Dood quisieron destacar el papel del padre en la educación de sus hijas. Concretamente la tal Dood era la hija pequeña de un hombre que perdió a su mujer tras el parto por lo que tuvo que criar sólo a sus 6 hijas.

Este día fue exportado prácticamente por todo el orbe, aunque con variaciones en la fecha. En el caso de España, al igual que en otros países católicos, se celebra el 19 de marzo coincidiendo con la festividad de San José. Parece ser que la primera vez que se gozó de la fecha fue en 1948 en un colegio madrileño. Fue radiado con estrépito y difundido con éxito por la prensa y, rápidamente, Galerías Preciados (para los no iniciados lo que hoy sería El Corte Inglés) se apropió de la idea. Desde 1953 San José pasó de ser una celebración religiosa a una festividad comercial.

En el deporte, como en tantos otros ámbitos de la vida, hay numerosos hijos que han querido seguir los pasos de sus padres. Por supuesto, hay diversos grados de éxito. El porqué de que una saga familiar se perpetúe tiene dos razones básicas. La primera es genética y la segunda responde a la imitación. Si los genes y el deseo de imitar se unen, lo habitual es que el hijo mejore al padre. Pero existe un aspecto adyacente; el hábitat. El padre no tuvo presión y probablemente tuvo que escalar socialmente desde abajo para llegar a la cima. El hijo tiene muchas puertas abiertas pero también una presión asfixiante y una comodidad que puede provocar o bien su renuncia o bien su fracaso.

1) HIJO, NO HAS LLEGADO A MI NIVEL

Pocas cosas hay más cruentas para un hijo que su padre sea uno de los grandes del fútbol mundial. Eso le pasó a Jordi CRUYFF un buen delantero con una larga carrera pero minusvalorada por el éxito de su padre. Mucho peor le fue al hijo de PELÉ, un portero brasileño que tuvo que retirarse antes de tiempo por no aguantar las comparaciones constantes y que incluso acabó en la cárcel por tráfico de drogas.

Saga de porteros es la de los daneses SCHMEICHEL. El padre fue una leyenda en la selección y en el Manchester United, el hijo se ha labrado una buena carrera en la Liga inglesa pero muy lejos de los estándares de excelencia del primero.

Uno de los sucesos más curiosos es el de la familia BARRY. Brent, el padre, fue uno de los grandes jugadores de la NBA en las décadas de los 60 y 70. Sus tres hijos llegaron a jugar al baloncesto profesional pero ninguno alcanzó ni de lejos los logros de su progenitor. Lo mismo le sucedió a Luke WALTON que pasó sin pena ni gloria por la NBA cuando su padre llegó a ser MVP de la Final de 1977.

Es muy duro ser hijo cuando tu padre ha sido el mejor en la historia de su deporte. Le pasó a Edinho, el retoño de Pelé, y también le sucedió a Axel MERCKX, un buen ciclista de finales de la década de 1990 pero que vivió bajo la sombra de Eddy, el ganador de 5 Tours y 5 Giros, el ‘caníbal’ del ciclismo. Otro ganador del Tour fue el irlandés Stephen ROCHE nivel al que no ha podido llegar todavía su vástago.

A otros que les pasa lo mismo es a los RIVERA. Valerio, el padre, fue estrella del Barcelona como jugador y como entrenador. El hijo (que también se llama Valerio) ha tenido una carrera mucho más modesta aunque consiguió ser campeón del mundo de balonmano….y su padre también, porque era el seleccionador.

2) PAPÁ, TE HE SUPERADO

Pocos mediocentros existen en la actualidad con la jerarquía de Sergio BUSQUETS. Su padre defendió la portería del FC Barcelona a mediados de los 90 pero será el hijo el que inscriba su nombre con letras de oro en la historia del club azulgrana. Otro que superó a su progenitor y con claridad fue Frank LAMPARD, uno de los mejores futbolistas ingleses de la historia y que tras formarse en el West Ham como su padre acabó siendo leyenda en el Chelsea.

En el deporte de la canasta, la NBA está plagada de sagas familiares. Stephen CURRY es quizás el mejor jugador de la actualidad y ha dejado en nada la trayectoria de su padre Dell. Lo mismo hizo Kobe BRYANT cuyo padre tuvo que deambular por equipo en equipo mientras que su hijo ganó 5 anillos de la NBA con Los Ángeles Lakers.

En el deporte de las dos ruedas, uno de los pocos ciclistas que consiguió batir a Contador en su época de esplendor fue Andy SCHLECK, siempre bajo el paraguas de su hermano Frank quien le ayudaba con un último esfuerzo en las etapas de montaña. Ambos superaron al patriarca de la familia, el cual también fue ciclista profesional.
Y qué decir de Floyd MAYWEATHER junior, el boxeador más laureado del momento y sucesor de su padre, que ni por asomo podía siquiera imaginar en lo buen púgil que se iba a convertir su retoño.

3) ESTAMOS EMPATADOS

Manuel SANCHÍS padre y Manuel SANCHÍS hijo fueron dos extraordinarios defensas del Real Madrid. Ambos fueron campeones de Europa y ambos disputaron un Mundial. Otra saga ilustre de defensas es la de Cesare MALDINI y Paolo MALDINI. Y aunque es cierto que el hijo superó al padre, ambos pueden presumir de títulos europeos y de presencias en la selección italiana. Caso parecido es el de Perico ALONSO y Xabi ALONSO. El hijo superó las prestaciones de su progenitor, aunque la carrera del primero es digna de vitrina al igual que la de su vástago. Otros casos similares son los de los VERÓN en Argentina o el clan de los CHICHARITOS en México.

Cuestión parecida a los Maldini es la de los también italianos MENEGHIN. En este caso, Dino, el padre, tiene más trofeos en la estantería que el hijo (Andrea), pero ambos fueron campeones con la selección italiana de baloncesto.
Existen también padres e hijos que comparten genes pero deciden llevar sus habilidades a diferentes disciplinas. Yannick NOAH fue un excelente tenista francés ganador de Roland Garros. Joakim, el hijo, nacido en Estados Unidos, se ha labrado una excelente carrera como pívot en la NBA.

También los DUJSHEBAEV se pueden sentar cara a cara para hablar de sus éxitos. Si bien el padre está considerado uno de los mejores jugadores de balonmano de la historia, su hijo (aún en activo) ya es campeón de Europa de clubes y con la selección española.

“Cuando yo tenía 14 años mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los 21, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años”. Mark Twain.


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