FC Barcelona; una historia de la Transición
En un fantástico libro llamado “Goles y banderas. Fútbol e identidades nacionales en España”, el profesor Alejandro Quiroga cuenta como Jordi Pujol vertebró el Estatut de Autonomía y su catalanidad en torno a tres ejes; el estudio de la historia catalana en las escuelas, la figura del Presidente de la Generalitat como líder de los catalanes y la difusión de narrativas nacionalistas a través del FC Barcelona.
Pero Pujol tenía un problema. El presidente del FC Barcelona era José Luís Nuñez (desde hace unos años Josep Lluís) un constructor que no comulgaba con CIU y que siempre se mostró equidistante respecto a las políticas nacionalistas. En 1988 hubo una fuerte campaña a través de Tv3 y Avui para substituirlo por Ricard Huguet a través de la plataforma GOB (Grup d’ Opinió Barcelonista) pero sorpresivamente Nuñez se mantuvo firme y los éxitos deportivos de Cruyff en el banquillo hicieron el resto.
No es casualidad que el primer partido de fútbol retransmitido por Tv3 tuviese lugar un 11 de septiembre de 1983 y que el equipo escogido fuese el FC Barcelona. Tampoco es casualidad que la Tv3 gaste dinero público en costear los ingentes gastos de los derechos de retransmisión de la Liga de Campeones, cuando al mismo tiempo se están retransmitiendo por un canal estatal.
A modo comparativo. El primer partido en la TVG fue un día de agosto no recordado de 1985 con motivo del torneo Ciudad de Vigo. Se enfrentaban el Valladolid contra el Dinamo de Kiev. Sólo hay que ver quien gobernaba y gobernó en Cataluña y quien lo hacía y lo hace en Galicia. Como se dice por tierras gallegas; nin tanto nin tan pouco.
¿Cómo se llegó a esto? Ya hemos comentado en otro artículo que en los 70 el FC Barcelona fue pionero en el uso aún prohibido del catalán (aunque al mismo tiempo se dieran insignias de oro y brillantes a Franco) y en el Camp Nou portar una bandera azulgrana era una forma bajo cuerda de ondear una senyera. Para muchos catalanes aficionados a otros clubes no era justo, pero la ideología de uniformidad en torno al FC Barcelona se hacía cada vez más fuerte.
El fútbol crea identidad y sentimiento de pertenencia. En el imaginario colectivo un encuentro entre Real Madrid y FC Barcelona era un momento de confrontación entre derechas e izquierdas y entre centralización y nacionalismo. Con una Dictadura de por medio la idea caló hondo y aún errónea se mantiene medio siglo después.
En 1973 Agustí Montal ganó la reelección para la presidencia del Barça con el slogan “més que un club”. Ese año se recupera el nombre original de Fútbol Club Barcelona, de origen inglés, que sustituía al castellanizado Barcelona Club de Fútbol. Eran habituales las consignas pidiendo un Estatut de Autonomía y una vez muerto Franco brotaron las senyeras por doquier. No obstante, conviene recordar que la primera vez que se vieron en el Camp Nou banderas catalanas fue en un mitológico encuentro entre el Barcelona y el Real Madrid de diciembre de 1975, es decir, con la democracia aún por hacer pero con Francisco Franco con todo hecho. Se habían introducido en el estadio clandestinamente. No fue antes de su muerte, tuvo lugar después. Muerto y enterrado. La memoria suele ser caprichosa. La fiesta fue plena porque Charly Rexach, “el noi de Pedralbes” anotaba en el último minuto y otorgaba la victoria al Barça.
Un par de años después con Suárez elegido democráticamente presidente y con la Constitución en ferviente preparación, tuvo lugar un suceso en el que la política catalana y el FC Barcelona se fusionaron para siempre, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.
Josep Tarradellas, futbolista en su juventud, se inscribió como socio del FC Barcelona a los 19 años. De hecho llego a jugar en el Barcino, lo que hoy en día sería el Barcelona C. Para los que se acerquen a este blog buscando deporte es conveniente señalar que Tarradellas había sido miembro del Parlament catalán durante la II República y que en 1954 fue nombrado Presidente de la Generalitat en el exilio, cargo que ostentaba desde entonces. En su biografía confiesa que guardaba con devoción un cartel de las Bodas de Oro del Barça (1949) que un amigo le había llevado de incógnito a Francia.
En su mocedad Tarradellas era un asiduo al campo de la Industria y también acudió en varias ocasiones a Les Corts. Su obligado exilio de casi 40 años hizo que todavía no conociese el Camp Nou. Ya anciano, y con la Autonomía provisionalmente restaurada, fue nombrado presidente transitorio de la Generalitat y el 23 de octubre de 1977 salió al balcón del Palacio de Sant Jaume para pronunciar ante la multitud el icónico grito de “Ciutadans de Catalunya, ja soc aquí”. Unas palabras acogidas por muchos como muestra de reconciliación y aceptación de la diversidad al usar expresamente la expresión ciudadanos de Cataluña en lugar de la palabra catalanes.
El presidente Montal mantuvo durante el tardofranquismo correspondencia con Tarradellas y a través de Joan Granados (uno de los fundadores de Convergència) le hizo llegar un carnet de socio del FC Barcelona. Una semana después de aquellas mágicas palabras, un 30 de octubre de 1977, Tarradellas acudió por vez primera al Camp Nou para presenciar un duelo entre su Barça y la UD Las Palmas. Tenía 78 años y le acompañaba su esposa Antonia Macià (hija del también ex presidente de la Generalitat Francesc Macià). El partido se jugó a las 17:00 h. Quince minutos antes una agrupación popular interpretó una sardana. Después se desplegó una espectacular senyera de 60 metros que cubría el ancho del césped, mientras el estadio brindaba una atronadora ovación a aquel demócrata convencido. Inmediatamente el público se puso en pie y sonó por megafonía el himno catalán, oficiosamente permitido pero aun oficialmente prohibido.
Durante el descanso, Agustí Montal dijo aquellas palabras tan glorificadas por barcelonistas y catalanistas y vilipendiadas por catalanistas pero no barcelonistas, porque ser del Barça y ser catalán no es lo mismo aunque pueda parecerlo: “Señor presidente, el Barça y vos sois la misma cosa, personificáis las mejores virtudes de nuestro pueblo, de la patria catalana”. A lo que el venerado Tarradellas respondió; “nuestro club es grande porque en su historia siempre ha sabido mantener la fidelidad a Cataluña”.
La orgía de sentimientos se completó con la victoria por 5-0 al conjunto isleño y la obtención de liderato de Primera División debido a la sorprendente derrota del Real Madrid en Vallecas. Por cierto, los cinco goles azulgranas fueron anotados en partida doble por Zuviría (Argentina), Neeskens (Países Bajos), Cruyff (Países Bajos) y Heredia (Argentina).